En el video Laja da una serie de afirmaciones, específicamente contra Blacky Drippy, Memo ATR y Tyking. El núcleo del video gira en torno a una crítica hacia estos artistas, a quienes acusa de no ser auténticos en lo que predican en sus canciones, sugiriendo que su actitud y su estilo de vida no coinciden con lo que muestran en sus letras. La crítica se extiende a la imagen pública que proyectan, cuestionando su integridad y sinceridad en la industria musical.
Laja no se limita solo a señalar la falta de autenticidad, sino que también deja en claro que está dispuesto a defender su posición si es necesario, no permitirá que lo falten al respeto bajo ninguna circunstancia. A lo largo del video, se nota un tono desafiante y de confrontación, marcado en la importancia de mantenerse fiel a uno mismo en el mundo de la música, algo que parece estar en falta según el punto de vista de Laja.
El mensaje central del video es una defensa del respeto y la honestidad en la industria musical, destacando que, aunque pueda haber desacuerdos, el respeto mutuo debe prevalecer siempre. El video también refleja un estilo directo y sin filtros, lo que lo convierte en una pieza de opinión sobre la cultura urbana y los valores dentro de este contexto.